Por: Juan Chávez
El futuro de la movilidad en las grandes ciudades que padecen con el exagerado tránsito vehicular a vuelta de rueda, ya está en los aires, volando, como el nuevo gran sueño que era.
No se trata de teleféricos (cablebus) como los dos que este mes de julio quedarán inaugurados en la Ciudad de México.
Es algo que parecía ficción pero que en China ya es una realidad: el dron de pasajeros que empieza a cubrir pequeñas distancias, pero que ya está aquí. España lo tiene a prueba y en México, los Amigos de Tulum ya lo introdujeron como un atractivo turístico más en ese gran centro visitado por millones de extranjeros.
El transporte en las grandes ciudades es uno de los temas importantes a tratar en los próximos años; el crecimiento de los parques vehiculares y la densidad poblacional han creado un problema que, de no atenderse, desarrollará colapsos cada vez más complicados en las vialidades y en la vida de quienes las transitan.
Según datos expresados por Jesús Padilla Zenteno, presidente de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad, quienes viajan en transporte público gastan cinco años de su vida en esta actividad, mientras que quienes lo hacen en sus vehículos pasan cuatro años y medio. En total se pierden 33 millones de horas en el tránsito y se prevé un aumento del 100% en los próximos 20 años.
Preocupados por temas como este, Los Amigos Tulum, empresa que opera el desarrollo de proyectos sustentables e innovadores en la Riviera Maya, tomó la iniciativa de traer a México el primer vehículo aéreo autónomo (AAV) de baja altitud para pasajeros y construir en uno de sus residenciales la primera torre de aterrizaje de drones en el país.
A través de una alianza con la compañía china Ehang, especializada en fabricar drones de pasajeros, Los Amigos Tulum pretende adquirir el Ehang 2016, una aeronave cuyo prototipo fue terminado en 2016 y que cuenta con piloto automático, por lo que solo requiere ingresar la ubicación de destino en su centro de control y funciona totalmente con energía eléctrica con un tiempo de carga de una hora.
Fabricado con fibra de carbono y epoxy, el Ehang es ligero y diseñado para dos pasajeros, soporta un peso de 630 kilogramos y puede alcanzar una velocidad de 130 km/h con un sistema de aterrizaje automático.
La intención primaria de este transporte fue ofrecer vuelos panorámicos a los moradores y visitantes del complejo residencial Central Park Lagunas en Tulum, Quintana Roo, a finales de 2019, pero para Nico Wilmes, CEO de la desarrolladora, esta adquisición tiene una finalidad muchos más importante: mostrar a México que en otros países el transporte aéreo ecológico ya es una realidad y puede serlo también para el país en el futuro.
Wilmes afirma que, para otras ciudades, este dron podría ser la solución a los problemas de tránsito, a un precio mucho menor al de un taxi, pues no incluiría el costo de gasolina, conductor o mantenimiento por desgaste.
Los Amigos de Tulum pretendían iniciar en 2020 vuelos de prueba en diferentes ciudades de México, esperando que gobiernos y empresarios vuelquen su atención en él como una nueva y prometedora
opción de transporte sustentable. Pero se atravesó la maldita pandemia y el proyecto, como el dron, quedó en el aire.
Los taxis voladores en China pueden ser pronto una realidad en aumento; ya se están probando drones para pasajeros, que pueden realizar viajes de hasta 21 minutos a una velocidad de entre 80 y 120 kilómetros y a una altura de hasta 1.000 metros.
Antes de iniciar el viaje, se hace una comprobación técnica de las hélices y se prepara todo en una sala de control, desde donde se dirige y conduce el dron, que destaca por ser autónomo y en el que hay espacio para dos pasajeros que deben ajustarse el cinturón antes de despegar.
La corresponsal de RTVE en Asia-Pacífico, Mavi Doñate, ha sobrevolado la ciudad china de Cantón desde uno de estos drones y asegura que la sensación que ha tenido es “de estabilidad”, aunque recalca que “impresiona que no haya piloto”.
El dron, desarrollado por una compañía en Guanzhou –la primera compañía en hacerlo–, ya se probó en diciembre del año pasado con pasajeros dentro y ahora está pendiente de la autorización final del Gobierno chino, por lo que en tan solo unos meses los taxis voladores podrían convertirse en una realidad.
La compañía emplea redes 4G para monitorizar drones en todo el país y puede controlar hasta 10.000 aparatos sin problema desde las tres salas de control que hay en China, según explica a RTVE el subdirector de la empresa, Xu Huaxiang, quien ha añadido que estos drones servirán para aliviar el tráfico en las grandes ciudades y para que los turistas puedan ver espacios naturales.
Se trata del dron más evolucionado de una serie que incluye uno de los aparatos que ha servido para llevar medicinas a zonas remotas durante la pandemia de la COVID-19.
Unos mecánicos norteamericanos aseguraron en 1957 que una década más tarde llegarían los coches voladores y, aunque se ha tardado un poco más, el hecho de poder coger un taxi volador ya ha dejado de ser ciencia ficción.