Sin muro; orden en la frontera

Cuatro Q

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Información & Análisis

A México, el presidente Biden lo agarró con los dedos en la puerta: Llamó a la unidad nacional y a la reconciliación en su discurso inaugural y trazó, como una de sus cuatro prioridades, una nueva política migratoria  dado que la última, “radical”,  se hizo hace 80 años.

Garantizó la seguridad para los dreamers y para los trabajadores agrícolas, de los cuales más de 11 millones, el 95 por ciento, citó, son mexicanos o descendientes de mexicanos.

Para ellos, ofreció la ciudadanía estadounidense.

Biden pondrá fin a los 4 años de incertidumbre que hicieron surgir en la Unión Americana los extremismos en el racismo y en los cuadros ultra conservadores que asaltaron el Capitolio el 6 de enero.

Firmará decreto para detener la construcción del muro, pero señaló la necesidad de que los dos países “cuiden la frontera”. Prevenir crímenes; apuntalar la seguridad.

Habrá acuerdos con México, Guatemala, El Salvador y Honduras para detener civilizadamente las caravanas migratorias. Se impulsarán programas económicos en la región para crear empleos en esos países.

El gobierno mexicano debe aprender de sus errores y rectificar el rumbo de su relación bilateral con Estados Unidos ahora que el nuevo inquilino de la Casa Blanca ha marcado relaciones de confianza y construir los puentes adecuados para una nueva relación bilateral con México.

Biden firmará un decreto para que el cubrebocas sea obligatorio para los servidores públicos y todo apunta a que solo Bolsonaro y López Obrados queden como la pareja de la cara siempre descubierta, ante una pandemia que, señaló Biden, entrará en fase de mayor número de muertos.

Ratificó su compromiso de vacunar a 100 millones de sus compatriotas en sus primeros 100 días del gobierno para que Estados Unidos, con más de 400 mil muertes, detenga el criminal avance del coronavirus.  

La agenda de reconstrucción de país tras el legado destructivo que deja Trump y de reposicionamiento del tradicional liderazgo internacional que ha ejercido Estados Unidos, bajo la conducción del presidente Biden  no admiten dilación alguna.

Es una obviedad que la situación de la pandemia en Estados Unidos no se resolverá con la llegada de un nuevo gobierno; pero el anuncio de 100 millones de vacunas en los primeros 100 días de gobierno es sin duda una promesa ambiciosa, factible, que marca un cambio radical de actitud frente a la pandemia en contraste con su antecesor a quien por cierto, no se refirió para nada.

El flamante inquilino demócrata de la Casa Blanca tendrá que enfrentar una grave crisis económica que requiere respuestas inmediatas, en un entorno global de profunda recesión. Al menos contará con el apoyo del Congreso para aplicar instrumentos suficientes que probablemente permitan ir resolviendo estos importantes problemas.

También en política exterior habrá mucho que revertir antes de poder emprender nuevos objetivos. En ese sentido, el anuncio de Biden de anular el “veto musulmán” trumpista para el ingreso a territorio estadounidense de ciudadanos de determinados países es un guiño en la dirección correcta; lo mismo su promesa de volver al Acuerdo de París y retomar la agenda ambiental y los respectivos compromisos globales.

México deberá meter en el clóset de Palacio Nacional el intransigente apoyo de López Obrador a Trump en plena campaña electoral así como su desprecio al triunfo electoral de Biden el 3 de noviembre.

México cedió en todas las presiones de Trump y, a cambio, recibió un trato diplomático “pasivo-agresivo”. 

López Obrador debe entender que Biden representa una nueva época para Estados Unidos y el mundo y que la simpleza de su felicitación al nuevo Presidente acusa su temor a una relación bilateral abierta, franca y amistosa.

El cambio de administración toma a México en una situación compleja, más por los errores en la “estrategia” del gobierno mexicano que por iniciativa de Biden, quien hasta el momento no ha dado señal alguna de mirar hacia México, que por ahora debe andar muy, muy abajo en el listado de prioridades del nuevo inquilino de la Casa Blanca.

Ojalá que  Biden no guarde rencores por aquellas “insignificancias”  cometidas por el orquestador de la 4T y su insistencia de “matar” al outsourcing, la subcontratación a través de la cual  México recibió de Astra Zeneca de Argentina la madrugada de este miércoles, el activo biológico para envasar un millón de vacunas contra Covid-19.

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