Tras el primer informe dictaminador del colapso de la línea Dorada del Metro en que murieron 26 personas y hubo más de 70 heridos, surgen responsables: Marcelo Ebrard, constructor de la línea en su gobierno de la ciudad, junto con él Horcasitas, como director del Proyecto de la Línea 12 y desde luego el millonario Carlos Slim, cuya empresa constructora tuvo a su cargo el tramo elevado que se colapso.
Hay consecuencias penales y se tendrá que hacer frente a ellas. Es uno de los retos, más ahora que los que han presentado denuncias, las han trasladado a Nueva York para que no haya “tu tía”.
Está claro que las implicaciones de este primer fallo serán además de políticas y económicas, también legales y por eso las familias de los afectados (víctimas) ya están llevando sus casos a los Tribunales de los Estados Unidos, asesorados por el despacho de abogados neoyorkinos, The Wester Lab Firm
La línea tuvo aterrador nacimiento. Derivó de tres proyectos y al final la constructora de CARSO impuso el suyo.
Hay que ver, en todo caso, que la corrupción fue la cuna que arrulló el nacimiento de la fatal línea y aceptar que, en efecto, la corrupción mata.
Para ser un dictamen “preliminar” y apenas el primero de tres informes que entregará la empresa DNV sobre las causas de la tragedia de la Línea 12 del Metro, los señalamientos que ayer vertieron los peritos noruego-alemanes contratados por la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, cayeron como una pesada losa sobre los responsables de la construcción “deficiente” del tramo elevado que colapsó en Tláhuac .
Una tragedia como la ocurrida en la Línea 12 del Metro, ocasionada por evidentes problemas de omisiones, negligencias y una posible red de corrupción, evidencia también una precariedad institucional en materia de prevención, investigación y sanciones, alertaron expertos en materia de anticorrupción.
Por lo pronto, la empresa CICSA, brazo constructor de Grupo Carso del ingeniero Carlos Slim, perdió 3 mil 141 millones de pesos en sus acciones, que cerraron en 64.53 pesos, su precio más bajo desde el 4 de junio, mientras que dos exjefes de Gobierno, el creador de la obra, Marcelo Ebrard, y el que la recibió y reparó, Miguel Ángel Mancera, tuvieron que salir rápidamente a reaccionar para tratar de deslindarse de los señalamientos que cuestionan tanto la deficiencias en la construcción y en las conexiones de las trabes y soldaduras, como las posibles reparaciones defectuosas.
La primera parte del dictamen (habrá otras dos en julio y agosto) confirma lo que el domingo pasado publicó el diario The New York Times sobre las causas del colapso.
Pero ahora se teje la maraña, aunque la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, se colocaba del lado de los acusadores y el presidente López Obrador le otorgaba desde muy temprano y por enésima ocasión, “todo nuestro respaldo”.
La gran incógnita ahora es qué va a pasar con los más de 6 kilómetros de viaducto elevado de la Línea 12 que construyó CICSA y cuyo futuro será decidido por el Grupo de Expertos que anunció Sheinbaum como integrantes del “consejo técnico”.
El Colegio de Ingenieros recomienda no abrir la L12 hasta revisión a profundidad. Los especialistas llamaron al gobierno capitalino a revisar toda la obra e iniciar un proyecto de reforzamiento de su tramo elevado.
La obra muestra deficiencias en ese tramo elevado y su reconstrucción exigiría una inversión de 4 mil 500 millones de pesos.
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