Por J. Jesús Lemus →La detención del general Salvador Cienfuegos Zepeda, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) durante la pasada administración federal, no solo coloca al expresidente Enrique Peña Nieto ante la posibilidad de ser enjuiciado por delitos de narcotráfico en Estados Unidos, también evidencia el grado de corrupción que prevaleció en las cúpulas del Ejército mexicano durante los gobiernos de Felipe Calderón y Vicente Fox.
De acuerdo a la causa criminal CR-19-366 instruida contra el general Salvador Cienfuegos, con base en evidencias obtenidas por agentes de la DEA, donde se incluye la intercepción de miles de mensajes telefónicos entre el acusado y el narcotraficante Francisco Patrón Sánchez, El H2, el entonces secretario de la Defensa Nacional, entre 2004 y 2018, ayudó a trasegar drogas desde México a Estados Unidos.
Los cargos señalados por un Gran Jurado de la Corte Este del distrito judicial de Nueva York, refieren que el general Salvador Cienfuegos Zepeda, valiéndose de su cargo y a cambio de sobornos millonarios, ayudó al grupo de narcotraficantes de Francisco Patrón Sánchez de diversas formas, a fin de que ese grupo tuviera el control de Nayarit y de la zona de Mazatlán, Sinaloa.
No solo eso, el general Cienfuegos también habría sido cómplice de El H2 en la expansión de la empresa criminal que en su momento estuvo aliada a los cárteles de Sinaloa, de los Beltrán Leyva y de los Dámaso, la que se posicionó en los estados de Jalisco, Colima, Nayarit, Zacatecas, Aguascalientes, Guerrero, Estado de México, Hidalgo y Morelos.
A cambio de cuantiosos sobornos, según dice la causa criminal, el general Salvador Cienfuegos propició que no se llevaran a cabo operaciones militares contra el Cártel de El H2; llevó a cabo operaciones militares contra organizaciones rivales de ese grupo del narcotráfico y ayudó a localizar transporte marítimo para cargamentos de drogas.
También se le atribuye de manera formal haber presentado a los principales líderes del Cártel H2 a otros funcionarios corruptos del gobierno mexicano dispuestos a ayudar a cambio de sobornos, además de que siempre mantuvo informado a Francisco Patrón Sánchez sobre las investigaciones en curso que realizaban las fuerzas del orden público de Estados Unidos sobre esa organización criminal.
En este sentido, al informar sobre las operaciones de inteligencia que realizaba el gobierno norteamericano sobre el cártel de Francisco Patrón Sánchez, el general Cienfuegos contribuyó al asesinato de algunos miembros del cártel que colaboraban con la DEA en calidad de testigos informantes. Así, dice el gobierno norteamericano, el Cártel de El H2 logró introducir a suelo estadunidense miles de kilos de cocaína, anfetaminas, heroína y mariguana.
LA ALIANZA CON EL H2
La DEA conoció de las relaciones del general Cienfuegos con Francisco Patrón Sánchez, El H2, por versiones del narcotraficante colombiano Alex Cifuentes Villa, quien fue un colaborador cercano de Joaquín Guzmán Loera. La exhibición del general Cienfuegos se hizo en enero de 2019, cuando Cifuentes declaró en el juicio de El Chapo que “un general de la nación” daba protección a la fracción del Cártel de Sinaloa y de los Hermanos Beltrán Leyva, que estaba encabezada por El H2.
Por instrucciones de la Fiscalía de Estados Unidos y de la DEA, Alex Cifuentes nunca mencionó al general Cienfuegos por su nombre, a fin de no entorpecer el inicio de la investigación. Por eso siempre se refirió a él como “un general de la nación”, del que se aseguró que se negó a recibir un soborno de 10 millones de dólares, pero sí aceptó incontables fiestas pagadas por el Cártel de Sinaloa.
La alianza entre el general Salvador Cienfuegos y Francisco Patrón Sánchez, quien era el jefe de un grupo del narcotráfico asentado en Tepic, Nayarit, asociado con Edgar Veytia, el exfiscal de ese estado, y con Dámaso López Nuñez, jefe del Cártel de Los Dámaso, se dio desde 2004 en el gobierno de Fox, cuando Cienfuegos fue el jefe de la decimoquinta zona militar, con sede en Zapopan, Jalisco.
Desde allí permitió que el Cártel de El H2 se extendiera desde Nayarit a la zona central del estado de Jalisco; en 2005 cuando el general Cienfuegos fue ascendido por el secretario de la Defensa Nacional, el general Clemente Ricardo Vega García, como jefe de la Quinta región militar, el Cártel de El H2 expandió sus operaciones delictivas en Jalisco, Colima, Nayarit, Zacatecas y Aguascalientes.
Después, como jefe de la Novena Región militar, a donde el general Cienfuegos fue trasladado por orden presidencial de Vicente Fox, entre junio de 2005 y enero de 2007 –ya en el gobierno de Felipe Calderón–, se permitió que el Cártel de El H2 afianzara su presencia en Guerrero, posibilitando el control del trasiego de heroína con destino a las ciudades de Los Ángeles y Las Vegas, así como a diversos puntos de los estados de Ohio, Minnesota, Carolina del Norte y Nueva York, en Estados Unidos.
A cambio de millonarios pagos por parte de Francisco Patrón Sánchez, el general Cienfuegos también abrió el territorio del entonces Distrito Federal y de los estados de México, Hidalgo y Morelos, donde se desempeñó como comandante de la Primera región militar, entre enero de 2017 y diciembre de 2009, donde coordinó al lado de Genaro García Luna, titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) la supuesta lucha contra el narcotráfico, la que tras bambalinas solo era una simulación.
De enero de 2010 a mayo de 2011, el general Cienfuegos, por instrucción del presidente Felipe Calderón, fue removido a la comandancia de la Séptima región militar, lo que permitió al cártel de Francisco Patrón extender sus actividades delictivas a Chiapas y Tabasco.
Como Oficial Mayor de la Secretaría de la Defensa Nacional, de enero a noviembre de 2012, el general Cienfuegos no solo siguió con la protección al Cártel de El H2, sino que asignó a diversos grupos militares a labores de apoyo en el trasiego de drogas, que ya hacía por diversos puntos del territorio nacional el grupo delictivo de Francisco Patrón Sánchez.
Ya como secretario de la Defensa Nacional, en el gobierno de Enrique Peña Nieto, entre diciembre de 2012 a septiembre de 2016, el general que hoy se encuentra detenido en Estados Unidos, no solo facilitó al Cártel de El H2 las operaciones de trasiego de drogas, sino que apoyó en labores de esa organización criminal en el de lavado de dinero.
LA ALIANZA ROTA
Según fuentes conocedoras del tema, consultadas por Ángel Metropolitano, en septiembre de 2016 se dio el rompimiento de la sociedad que mantenían Francisco Patrón Sánchez y el general Cienfuegos. La causa del distanciamiento fue la detención de Clara Elena Laborín Archuleta, la esposa de Héctor Beltrán Leyva, El H, quien era socia de El H2 y estaba al frente del Cártel de los Hermanos Beltrán Leyva luego de la detención de su esposo, en octubre de 2014.
Tras el rompimiento de El H2 y el general Cienfuegos, la Sedena y la SSP de García Luna, lanzaron una cacería contra Francisco Patrón Sánchez y los otros miembros del Cártel de El H2, entre ellos Edgar Veytia, Dámaso López Nuñez y su hijo Dámaso López Serrano, El Minilic, a fin de disolver cualquier posibilidad de que estos hablaran de la relación que el cártel mantenía con el secretario de la Defensa Nacional.
Francisco Patrón Sánchez, fue asesinado en medio de un supuesto operativo de captura ocurrido en Tepic, el 10 de febrero de 2017; Dámaso López Nuñez, El Lic, fue capturado en un operativo militar en la Ciudad de México, el 2 de mayo de 2017, su vida fue salvada por el gobierno de Estados Unidos, quien lo solicitó en extradición y actualmente se encuentra preso, con sentencia de cadena perpetua.
Ante la cacería a muerte que se lanzó contra la cúpula del Cártel de El H2, Edgar Veytia decidió entregarse al gobierno norteamericano, lo que ocurrió el 29 de mayo de 2017. A la fecha, el exfiscal de Nayarit enfrenta una sentencia de 20 años de prisión. También Dámaso López Serrano, El Minilic, decidió entregarse al gobierno de Estados Unidos, lo que sucedió el 28 de julio de 2017. A la fecha, El Minilic se encuentra a la espera de su sentencia..