Sin outsourcing se ataca a T-MEC

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El outsourcing, desde su nacimiento, ha sido un abuso de corte empresarial que ha afectado al sistema de seguridad social y al Servicio de Administración Financiera (SAT).

Es cierto que menos cuotas ingresan a los institutos de seguridad social y que el SAT deja de recibir por “no impuestos”, millones de pesos.

La cuestión toral, sin embargo, no está en la subcontratación o outsourcing. Reside, en esencia, en los sueldos de miseria que reciben los trabajadores, que en más de 10 millones apenas alcanzan dos salarios mínimos.

La subcontratación laboral no debiera ser suprimida, como el señor de Palacio Nacional lo ha planteado en la iniciativa de ley que envió al Congreso y que la Cámara de Diputados se aprestaba aprobar este martes 01 de diciembre.

La subcontratación, en las economías del mundo es un pilar en su desarrollo, salvo en México, donde el gobierno de la cuarta transformación la considera un “mal añejo” para la economía en general.

No toma en cuenta, siquiera, que el presidente electo de Estados Unidos va apoyarse en la figura del outsourcing como fórmula necesaria para rescatar con mayor prontitud su golpeada economía por el Covid-19.

La posición de México, de mantener el outsourcing solo para algunos servicios que no son propios de ninguna empresa, como los de la limpieza, dicen los morenistas de su 4T, constituirá una afrenta para el Tratado de Libre Comercio México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC).

Eliminar figura del outsourcing es muy peligroso.

La eliminación del outsourcing laboral en México es “muy peligroso”, y si el gobierno mexicano trasgrede los derechos de las empresas extranjeras que conlleve a violentar el T-MEC, podría llevar a la intervención de terceros países para proteger su inversión, lo que provocaría ahuyentar capitales y afectar la generación de empleos.

No hay duda alguna, es malo para todos que el outsourcing se prohíba. Es un movimiento peligroso para cualquier país. Sin outsourcing se atente contra los intereses particulares de las empresas que están en México, que vienen de Estados Unidos.

Se trata de una práctica mundial que apuntala la competitividad y, por lo que ya se hace a nivel legislativo, parece que el país quiere concluir matando su economía y no ensanchar los caminos de la competitividad que le abrirían mayores mercados de consumo.

La realidad es que el outsourcing es una herramienta vital para las empresas, que le da certeza a la inversión y crea empleos.

Las modificaciones al outsourcing constituyen el “suicidio de la economía”, según la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin). México arruinaría su productividad y competitividad y se quedaría solo velando el cadáver de su maltrecha economía, hecha pedazos también por el coronavirus.

Son cifras cuantiosas las que el gobierno obradorcista maneja en apoyo a la desaparición de la subcontratación, pero no bastará con que la pretendida ley contemple esquemas de contratación especializada como servicios de limpieza u otros ajenos a la naturaleza de la empresa.

Por: Juan Chávez

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