Septiembre, mes de temblores

Cuatro Q

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Información & Análisis

Por: Juan Chávez

No es regla, pero septiembre, es el mes en que, desde los años 50 del siglo pasado, se han registrado los temblores de mayor magnitud, inclusive los 2 que han resultado terremotos con numerosas vidas y por coincidencia, el día 19 de este mes en 1985 y 2019.

Por coincidencia también se registró, este 7 de septiembre, el desbordamiento del río Tula que arrasó con esta población hidalguense.

Son, los que transcurren, días de lluvias intensas y temblores. El de anoche fue 7.1 grados y afortunadamente, no causó mayores daños.

Frente a los desastres, ya no existe el Fondo de Desastres Nacionales (Fonden), el fideicomiso que “mató” el presidente López Obrador el 28 de julio de 2021.

De entonces a la fecha, hemos tenido la embestida del huracán Grace; el mayor desbordamiento del río Tula en 40 años y un sismo de 7.1 grados, la noche del martes 7 de septiembre.

Sin el Fonden, que no ha sido sustituido por otro organismo, las poblaciones afectadas por los fenómenos de la naturaleza, quedan totalmente en el desamparo. ¿Esa es la beneficiosa transformación del gobierno obradorcista?

Algunos usuarios de redes sociales grabaron las extrañas luces en el cielo, un conocido fenómeno que ocurre durante grandes movimientos telúricos.

Somos un país vulnerable a los desastres naturales. Sequías, inundaciones y temblores son hechos que seguramente viviremos. Asumimos esta condición con grandes cuotas de solidaridad civil, donde se manifiesta lo mejor de nosotros y se compensa parcialmente la debilidad de nuestras instituciones. ¿Debilidad? Una de las mejores evidencias de esta condición es la dificultad para saber con precisión cuántas personas son afectadas por un desastre y a cuántas se debe o puede apoyar.

Las luces en el cielo se generan por los deslizamientos del suelo cerca de las fallas geológicas de la Tierra que producen los sismos, generando una carga eléctrica poco común por la enorme fricción amarillo verdoso.

Pero aparte, necesitamos un Fonden o, mejor dicho, una versión corregida y aumentada del mismo.

Este miércoles empezó la discusión del presupuesto 2022 y la cuestión es de máxima relevancia. Están las lluvias, los damnificados, los temblores y las réplicas para recordárnoslo. En el 2021, todavía quedaba una parte de los recursos de ese fideicomiso para ejercerse, alrededor de 8 mil 728 millones de pesos. Para el 2022, todo parece indicar que no habrá nada. Sólo habrá lo que los diputados decidan.

AMLO decidió que el Fonden debía desaparecer “porque estaba lleno de corrupción”, pero no ofreció una solución institucional a los defectos del fideicomiso. Hasta donde sabemos, tampoco presentó pruebas de los malos manejos del Fonden ni demandas en contra de responsables.

Quienes decidan sobre el presupuesto 2022 deberán poner mucha atención a este asunto. En juego está la capacidad de respuesta en situaciones de crisis para miles de personas.

Según el color del cristal con que se mire, estamos hablando de humanidad o inhumanidad del Estado o de eficiencia o ineficiencia del aparato gubernamental.

Es todo, aunque nos arrasen inundaciones y sismos.

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