Por: Juan Chávez
Celebró el PRI su 94 aniversario bajo la estrepitosa y fatua afirmación de su líder Alejandro Moreno “Alito”:
“Celebraremos el centenario en Palacio Nacional”.
¿Con quién? ¿Con qué carta? ¿Beatriz Paredes? ¿Enrique de la Madrid Virgen? ¿Claudia Ruiz Massieu? ¿El propio Alejandro Moreno? Ninguno. El PRI no cuenta con un hombre o mujer capaz de volverlo elevar a las nubes del poder presidencial.
Está cantado, desde ahora, que el sucesor de Andrés Manuel López Obrador será una de las cuatro corcholatas que él destapó: Claudia Sheinbaum, la mejor calificada; Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal.
Pero el PRI ni líder tiene… A su Alito ya hasta el INE, que ha iniciado su transformación, le negó mantenerse en el liderazgo tricolor hasta 2024, como era su pretensión…
Además, todo indica que las puertas a la elección presidencial, que los analistas políticos consideran constituye la elección de la gobernadora del estado de México, las tiene ya cerradas.
A Delfina Gómez, la aspirante guinda, ya no la alcanzará Alejandra del Moral, la candidata del PRI y de la alianza PAN-PRD-Nueva Alianza. Su ventaja de 20 puntos podría crecer, inclusive, más ahora que Movimiento Ciudadano se descartó del juego electoral mexiquense.
El estado de México ha enfrentado un siglo de corrupción priista, una élite que hoy amenaza con seguir saqueando a las y los mexiquenses y que se aferran a sus privilegios.
El morenista Horacio Duarte Olivares afirmó que, para el pueblo mexiquense, el aniversario de la oposición es sinónimo de corrupción, abandono y muerte.
“El aniversario del PRI es la fiesta de una élite celebrando 94 años de transas y privilegios. El pueblo sabe quiénes son y a qué se han dedicado durante casi 100 años. El pueblo sabe que el PRI es sinónimo de corrupción, abandono y muerte”, escribió en sus redes sociales el coordinador de la campaña de Delfina.
Horacio Duarte se refirió a las declaraciones de la dirigencia del PRI que amenaza con perpetuar sus años de corrupción y, dijeron, no cederán ni “un centímetro para que otros destruyan lo que hemos conseguido”.
“Los 94 años de corrupción del PRI están por terminar en el estado de México. La buena noticia es que este será el último aniversario priista que celebren saqueando nuestro estado, porque este es el año de la revolución de las conciencias de las y los mexiquenses. El pueblo vencerá. Será nuestro amanecer después de la larga noche de corrupción”, sostuvo Duarte Olivares.
Está bien claro: en las elecciones mexiquenses se juega la gobernación de la entidad y la desaparición del PRI.
Para el desbaratado Revolucionario Institucional, que inició su agonía en 1997, cuando en la Cámara de Diputados fue desplazado de la presidencia de la mesa directiva por la audacia del perredista Porfirio Muñoz Ledo, ya no habrá chance.
Las encuestas, para la presidencial 2024, sin emargo, le apuntan a Morena un 47 por ciento en la preferencia del voto, aun cuando todavía no se determina cuál de las cuatro corcholatas sería para la única botella (candidatura) que habrá en la disputa por La Grande.
