Por: Juan Chávez
En desfachatado acto electorero, el presidente López Obrador anunció la disminución de 68 a 65 años para que adultos mayores accedan a la pensión alimentaria universal de 2 mil 550 pesos cada dos meses, que se incrementarán anualmente para ser el doble en 2024, según anunció también
Dijo en su matinée del lunes, que los adultos mayores estarán recibiendo 6 mil pesos bimestrales y destacó que para el monto se considerará la inflación.
Y aunque sus dos anuncios se pondrán en marcha en julio, el bazucaso electoral quedo definido para “comprar” el voto de más de 11 millones de adultos mayores que se benefician con la reducción en la edad.
Aclaró el tabasqueño que “sólo los adultos mayores indígenas recibían pensión a partir de los 65 años y ahora es general, todos los que tengan 65 años cumplidos y a partir de julio van a recibir su pensión”.
El aniversario del natalicio de Juárez, en Guelatao, fue el marco propicio que L(i)opez aprovechó para llevar agua al molino electorero de Morena, en las elecciones del 6 de junio en que será renovada la Cámara de Diputados y él está haciendo “su luchita” por conservar la mayoría en ese órgano legislativo.
De hecho, el anunció constituyó un acto de campaña, aunque no podrá atribuírsele como tal. Pero el anuncio seco de un beneficio a 11 millones de adultos mayores, equivale a la “compra” de su voto. Es como si hubiera repartido despensas, como lo hacían los regímenes liberales del pasado que son su “pan político” de todos los días.
A su acción puramente electorera añadió un tercer elemento: Que luego de la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de mantener la UMA (Unidad de Medida y Actualización) y sustituirla por el salario mínimo, él decidió sí, mantenerla, pero que se actualice conforme a la inflación y así “se aumente la pensión al adulto mayor y se vaya aumentando el salario mínimo también”.
El perfil electoral está claro, sin importar que la pensión universal a adultos mayores, con el costo de las pensiones a los trabajadores que se desprenden de la Ley del IMSS de 1973, va a acrecentar el lastre adicional al que ya de por sí representan los sistemas de pensiones para las finanzas públicas.
Con el aumento a la pensión universal, al llegar a 6,000 pesos bimestrales costará 370,000 millones por año (245,000 millones de pesos más) en el presupuesto de 2021.
Los 370,000 millones de pesos, son 40% de la presión fiscal del resto de las pensiones en el Presupuesto de 2021. Esta pensión universal será tan onerosa como la Ley 73, IMSS Régimen de Jubilaciones y Pensiones (jubilados IMSS), Pemex y CFE en lo individual.