Juan Chávez: El mundo estará colgado del hilo de la inquietud. Las elecciones presidenciales de Estados Unidos no mostrarán resultados la noche de este martes.
Lo que sí se sabe es que si Donald Trump no consiguió reelegirse, López Obrador habrá perdido el simpatizador apoyo a su gobierno transformador por parte de Gringolandia y aparecerán seguramente relaciones agrias y ásperas entre su gobierno y el de Joe Biden que las encuestas y los medios más poderosos e influyentes del vecino del norte, consideran ganador.
El señor de Palacio, hay que tenerlo presente, fue a la Casa Blanca para hacer campaña en favor del güero neoyorquino lo que definitivamente fue en desdoro de Biden.
AMLO y Trump se identifican por su lenguaje peyorativo y despreciable contra quienes no están de acuerdo con sus políticas.
La pandemia trae consigo un escenario en el que la noche de la elección presidencial podría durar semanas. Los estadounidenses se levantarán sin saber a ciencia cierta quién será su próximo presidente, y probablemente, así se vuelvan a ir a la cama.
A lo que habrá que sumar el fantasma de fraude que Trump ha previsto, aunque independientemente de todo, los resultados no serán oficiales hasta que los estados los certifiquen, y para esto el plazo vence hasta el 14 de diciembre.
Lo interesante aquí será ver la certidumbre o incertidumbre qué se crea, conforme vayan apareciendo los resultados preliminares arrojados por las casas encuestadoras y los medios masivos de comunicación.
Porque dado que todo apunta a que serán más los demócratas que los republicanos que voten por correo, los primeros conteos podrían pintar a Donald Trump como vencedor, y los de después a Joe Biden.
Trump no sabe perder, y también hay muchos estados que no tienen experiencia en el conteo masivo de votos correo.
Tan sólo al corte de este fin de semana, según el Proyecto de Elecciones de Estados Unidos de la Universidad de Florida (USEP), más de la mitad del padrón electoral ya había votado
Los estados columpio que se perfilan para definir la elección de este año son Florida, Pensilvania, Michigan, Carolina del Norte, Arizona y Wisconsin. Dentro de los cuales, Pensilvania se presenta como la llave para la reelección del presidente.
No obstante, Pensilvania, Michigan y Wisconsin, no comenzarán el conteo hasta este martes y mientras, todos los ojos estarán sobre Florida, cuyo ganador ha pasado a ser el inquilino de la Casa Blanca en las últimas 14 elecciones.
Florida ya ha comenzado a contar los votos por correo y es probable que sea de los primeros en declarar a un ganador. Al igual que Carolina del Norte y Arizona.
La historia está por escribirse y el escenario actual implica que cualquiera de los dos que resulte vencedor, tendrá que ponerse de pie y demostrar su altura.
Porque si Biden gana las múltiples frustraciones que llevaron a Donald Trump a ser electo en el 2016, no van a desaparecer de la noche a la mañana. Mientras que si este último se reelige, deberá recordar su promesa de ocuparse de la olvidada clase media.
De cualquier forma a México no le irá muy bien gane quien gane. Trump, reelecto, seguiría manejando como títere al inquilino de Palacio Nacional. Si el triunfador es Biden habrá resquemor contra el gobierno mexicano.