Por: Juan Chávez
Al líder del Grupo Wagner que se levantó contra Putin, le pasó lo mismo que Hidalgo en el inicio de la Guerra de Independencia: no quiso tomar la ciudad por temor al saqueo de sus desorganizadas tropas y se quedó en Las Cruces, a unos cuantos kilómetros de la entonces capital de la Nueva España.
A Yevgueni Prigozhin, el temor por el derramamiento de sangre, lo frenó a unos 200 kilómetros de Moscú, cuando ya había ocupado fácilmente ciudades rusas.
La rebelión de 24 horas contra el presidente de Rusia, toma ahora rasgos de dramatismo. No se sabe nada del dirigente del grupo rebelde. Para algunos, se esconde de Putin, para la mayoría “está desaparecido”.
El líder contratista había llegado a un acuerdo para desactivar su levantamiento contra generales rusos a cambio de poder exiliarse en Bielorrusia.El acuerdo alcanzado entre el Kremlin y el jefe del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, que puso fin a la rebelión armada de 24 horas de los mercenarios, tiene aún muchas incógnitas, pero se da por hecho la desaparición, al menos en Rusia y Ucrania, de esta empresa militar privada con tentáculos en África y Oriente.
Estas son las claves que se conocen en estos momentos.
¿Dónde está el jefe del Grupo Wagner?
Fuerzas del grupo de mercenarios Wagner patrullan una calle en la localidad rusa de Rostov del Don.
Desde que fuera fotografiado y filmado en su vehículo abandonando la ciudad de Rostov del Don tras tomarla con sus hombres durante 24 horas, no se ha vuelto a saber nada de él. Tampoco su servicio de prensa de otra empresa suya, Concord, ha sabido nada de él.
El domingo indicó a la cadena de televisión internacional en idioma ruso RTVI que su jefe “aún no está en contacto” y que “responderá a preguntas cuando esté en (una situación en que pueda establecer una) comunicación normal”.
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El acuerdo alcanzado entre el Kremlin y él bajo mediación del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, establece que Prigozhin se irá al exilio en Bielorrusia sin ser perseguido penalmente por organizar la rebelión armada, según reveló el Kremlin.
No obstante, el caso abierto el viernes por la noche por la Fiscalía General de Rusia bajo el artículo 279 del Código Penal -que prevé una condena de entre 12 y 20 años de prisión- aún sigue abierto, según el diario Kommersant.
Se desconoce en estos momentos dónde se encuentran los mercenarios que se sublevaron. Prigozhin únicamente anunció el sábado que se retiraban “a sus bases” y puntos de despliegue, muchos de los cuales hasta ahora se encontraban en Ucrania.
El acuerdo con el Kremlin garantiza que no serán tampoco perseguidos por la justicia rusa. Los mercenarios que no participaron “directamente” en la sublevación podrán firmar contratos con el Ministerio ruso de Defensa, con lo que se subordinarán al mando del ministro, Serguéi Shoigú, y al jefe del Estado Mayor, Valeri Guerásimov.
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Prigozhin había dicho que no se entregaría hasta que no “tuviera en su poder” a Shoigú y Guerásimov, titular de la Defensa rusa, a quien hacen responsable del “caos” en Ucrania y de la muerte de unos “100 mil soldados rusos” en el frente por su falta de liderazgo.
La cuestión es que prendido el foco de la rebelión, tras dos décadas en el poder, el futuro de Putin ya no está muy claro para los 25 años siguientes que se mantendría como dictador de Rusia.