Juan Chávez
En los 90 del siglo pasado, el conductor del programa radiofónico Ciencia y Tecnología, me dejó con el ojo cuadrado cuando me explicó, en términos entendibles, los avances de la nanotecnología en la medicina.
Hacia 2010, me confió, llegarás al hospital a tratarte un cáncer y los doctores te sentarán en algo así como un reposet y te inyectarán la cantidad necesaria de nanos que se almorzarán a los virus que están destruyendo tus tejidos y tur órganos.
–A los 10 minutos, me apantalló, saldrás campante y aliviado.
–¡No lo puede creer!, le respondí. Me estás diciendo que desaparecerían las enfermedades.
–Más o menos.
–Eso no puede ser, se generarían multitud de desequilibrios que la humanidad misma no sabría cómo resolver, le concluí.
-.Ese será otro problema que la humanidad enfrentará. Lo interesante es que el avance de los nanos se ha frenado porque los científicos no ha inventado su freno.
–¡Quieres decir que son muy apetitosos?
–Exacto, y en tanto no se descubra la forma de detenerlos, no serán aplicables.
¿Sucederá ahora, en medio de la maldita pandemia que no se ha llegado al control de los nanos y que por eso no pueden ser utilizados para frenar al letal virus?
“No lo sé”, me respondo así mismo.
Hoy, en los tiempos que corren y desde los dos últimos meses del 2019, el coronavirus del Covid-19 fatal, llegó a almorzarse a una nanotecnología que quedó atorada en los laboratorios de la investigación científica del mundo y ya se merendó, nomás para empezar, a 342,070 personas y tiene en el limbo de la muerte a 5 millones 342 mil 070 más, en los seis meses que lleva azotando a la población mundial.
También hoy, científicos del planeta se encuentran en el trabajo forzado, de horas y horas de investigación en pos de la vacuna y de los medicamentos que finquen el tratamiento de cura del Covid-19.
El coronavirus, en tanto, sigue en sus devastadores caminos y a lo mejor mutando ya varias veces. La Organización Mundial de la Salud, por ejemplo, sostiene que el coronavirus que se presentó en China no es el mismo que está madreando a Nueva York.
La cepa actual es considerada la número dos, pero los científicos todavía no alcanzan a bien definir al mal nacido coronavirus. Mañana le sigo con Nanotecnología y coronavirus.
