Por: Juan Chávez
El alza de precios por arriba del objetivo del Banco de México pone en riesgo las metas y los planes de los mexicanos y el gobierno en esta temporada de rebajas.
La inflación general anual se mantuvo al alza, al pasar de 6.0 por ciento en septiembre a 6.2 por ciento en octubre, la mayor desde diciembre de 2017, de acuerdo con el Inegi.
Los escenarios sugieren que la inflación no sólo se mantendrá por arriba del doble de la meta de 3.0 por ciento, sino que seguirá al alza, por lo que no está claro cuándo alcanzará su nivel máximo en el corto plazo.
La inflación subyacente, que incluye los precios menos volátiles, como las mercancías y los servicios, se aceleró entre septiembre y octubre de 4.9 a 5.2 por ciento anual, la más alta desde mayo de 2009.
Por si fuera poco, la inflación subyacente, que esencialmente determina la tendencia inflacionaria, ligó once meses al alza y ocho por arriba de 4.0 por ciento anual.
Banxico ha dicho que la inflación subyacente está siendo influida por los choques relacionados con la pandemia y que han afectado las cadenas de suministro y los procesos productivos de diversos bienes y servicios.
El aumento en alimentos y energéticos puede provocar que la gente tenga menos recursos para la compra otros productos y servicios durante El Buen Fin.
La alta inflación de octubre (6.2%) se ha convertido en un enemigo que puede echar a perder las oportunidades de compra y dañar el bolsillo de los consumidores que aprovechan los supuestos bajos precios del Buen Fin.
El gobierno mexicano y la iniciativa privada confían que este año habrá ventas por más de 239,000 millones de pesos en el Buen Fin 2021 que durará del 10 al 16 de noviembre. La cifra parece complicada si se considera que la edición 2020 duró 12 días y no había semejante inflación de más de 6 por ciento.
El alza de precios y el desabasto de algunos productos o servicios, derivado de la falta de insumos como chips semiconductores, pueden ensombrecer el horizonte del Buen Fin.
El índice de precios en la primera quincena de octubre se ubicó en 6.12% a tasa anual, principalmente por el alza en alimentos y energéticos, de acuerdo con información del Inegi.
“Estos dos elementos –alimentos y energéticos- al ser esenciales, dejan un ingreso mucho menor para que los mexicanos puedan gastar en otras cosas que no sean artículos de primera necesidad. El poder de compra está debilitado y ahí veremos cómo le va al Buen Fin, prolegómeno del gastadero en diciembre, con motivo de la Navidad, que, según se ve, tendrá un tristón resultado en las compras de regalos.
Crecimiento, empleo e inflación, son los 3 retos para la economía mexicana y por si fuera poco, hay razones para creer que las presiones sobre la inflación ya son más persistentes que transitorias.
Eso explicaría que los precios de las mercancías se incrementaron de 6.3 a 6.6 por ciento anual entre un mes y otro. En particular, la inflación anual de las mercancías alimenticias pasó de 6.9 a 7.2 por ciento en igual lapso.
El Buen Fin, entonces, no tendrá nada de bueno. La inflación manda.